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Chile atrae científicos del mundo para descubrir los secretos de la Antártica

Expertos de todo el mundo buscan responder 80 preguntas claves sobre el territorio austral, muchas centradas en el impacto del cambio climático.

Por: Alejandra Melo | Publicado: Jueves 25 de enero de 2018 a las 04:00 hrs.
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Muros de hielo, icebergs y especies que no se encuentran en otro sitio en el planeta. Eso es lo que evoca la Antártica, un continente que abarca cerca de una décima parte de la superficie terrestre del planeta, casi el 90% del hielo de la Tierra y aproximadamente el 70% del agua dulce. Pese a su lejanía, científicos de todo el mundo están llegando a este territorio para descubrir los secretos del continente blanco, del cual Chile tiene la puerta de entrada.

¿Cómo resiste el ecosistema un clima tan adverso y cómo lo hace con el cambio clímatico?, ¿tiene relación lo que ocurre en este territorio con otros fenómenos en Chile y el mundo? Son sólo algunas de las preguntas que investigadores chilenos y extranjeros buscan resolver hace años.

No es secreto que el continente blanco sea objeto de estudio. De hecho, ya van 60 años desde el primer cruce de la Antártica, por parte del geólogo británico Vivian Fuchs. El desafío actual es un poco mayor. Ya no se trata de cruzar el territorio, sino responder las 80 preguntas más importantes para la ciencia antártica, en un plazo de 20 años. Aunque titánica y demandante de un esfuerzo internacional, esta labor está en marcha desde 2014 y Chile ha jugado un rol clave, posicionando las temáticas centrales de estas incógnitas en la lista de prioridades del Programa Antártico Nacional, donde convergen investigadores locales y extranjeros para colaborar con proyectos puntuales.

Monitoreo y resistencia del ecosistema, cambio climático y biología molecular, han sido algunas de las temáticas propuestas para ser indagadas. El éxito de ellas ha sido rotundo. En sólo ocho años, las investigaciones a cargo de Chile en el continente blanco aumentaron 250%, con especial énfasis en los últimos cincos años, detalla Marcelo Leppe, director Nacional del Instituto Antártico Chileno (Inach).

Potencial antártico

Los motivos para investigar la Antártica son varios, dice Leppe. Primero hay una razón de historia natural, ya que este territorio lleva a lo menos 30 millones de años confinado como un continente aparte y eso ha permitido que los organismos que vienen adopten un camino evolutivo distinto, que se traduce en respuestas adaptativas.

“Estudios de biotecnología o la respuesta de ecotoxicidad o todo lo que implica el desarrollo de la biología molecular está profundamente ligado con esa característica”, comenta el director de Inach.

Otra de las razones, dice, es que hace casi ochos años se creó la primera plataforma biotecnológica antártica, a través de un proyecto Corfo, que permitió tener en Punta Arenas y en la Antártica los primeros laboratorios de biología molecular, que en el tiempo han permitido un crecimiento exponencial de las investigaciones. Hoy, casi el 50% de los proyectos que se desarrollan en este punto austral del mundo tienen un componente biotecnológico.

En cuanto al cambio climático, la necesidad de indagar la zona es apremiante. La península antártica es uno de los cinco puntos que más rápidamente está cambiando a causa de este fenómeno.

Expedición Antártica Chile

Justo ahora varios científicos están en terreno y trabajan para despejar esas incógnitas, en el marco del programa nacional de ciencia antártica, el conjunto de proyectos seleccionados a través de los organismos de postulación que financian ciencia y tecnología.

Leppe explica que desde octubre a abril cientos de investigadores se vuelcan a esta labor. El por qué tiene una respuesta práctica: la Antártica cambia de 13 millones de kilómetros cuadrados (km2) a 14 millones de km2 entre invierno y verano, porque se congela el mar circundante.

Una de las investigaciones que está en la actual Expedición Científica Antártica (ECA 54) que efectúa el instituto, está relacionada con el uso de bacterias de la Antártica para producir una estructura altamente cotizada industrialmente: nanopartículas fluorescentes de distintos metales, como cobre y litio, los mismos que se utilizan en televisores, celdas solares, baterías y está a cargo de profesionales de la Universidad Andrés Bello.

“Además se están investigando las potencialidades de plantas invasoras en la zona, y así como hay líneas que estudian el impacto ambiental del cambio climático, íntimamente relacionado con la actividad del hombre, también hay líneas que están develando características genético-moleculares, que tienen producto de este aislamiento de millones de años del continente Antártico”, dice Leppe. Esta línea investigativa está permitiendo desarrollar un conjunto de respuestas para problemas cotidianos y otros de alcance mundial, como aquellos relativos al cáncer y el envejecimiento celular, entre otros.

A ello, asegura, se suma que actulamente, la tendencia apunta a la investigación de las áreas marinas protegidas y la protección de los océanos, también en el escenario de cambio climático, donde se han encontrado microplásticos en el mar.

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